jueves, 1 de septiembre de 2016

UN PARAÍSO LLAMADO VENEZUELA.

Cada día que pasa, las ilusiones de ver a Venezuela cambiar aumentan, en la misma proporción en la que crece mi fe. 

Pido a Dios que el país que atrajo a la mayor cantidad de extranjeros vuelva a ser el mismo.

Ese país que la gente de Italia, España, Portugal, Alemania, Países Árabes, Rusia, Colombia... adoptaron como su segunda casa y trabajaron para verla prosperar.

Ese país en el que siempre estábamos felices, riendo, sin preocupación por la inseguridad, donde todos se sentaban frente a sus casa durante la noche a hablar con quién pasara por el frente, donde los comercios iniciaban sus labores a las 7am y las terminaban a las 10pm y nadie se quejaba, porque A LA GENTE LE GUSTABA TRABAJAR...

Ese país en el que nadie compraba productos en exageración, sino que esperaban a que se estuviese acabando para salir a comprarlo. Donde se le pedía al vecino un poquito de azúcar, café, leche… y en el que las madres invitaban a almorzar o cenar a los amigos de sus hijos sin ningún problema y sin preocupación por no tener qué ofrecerles.

Ese país en el la leche para niños recién nacidos, así como pañales y demás no eran problemas de conseguir. Las medicinas abundaban y la plata rendía. 

Ese país que era de todos, que el que quería viajar lo hacía, quien quería venir, venia. El país de las bienvenidas, donde siempre había extranjeros en Margarita, coche, los roques...

Tenemos miles de kilómetros de playa, médanos, montañas de todo tipo, el salto ángel, la gran sabana, el relámpago del Catatumbo, los llanos, la nieve... tenemos para ser la potencia turística que siempre hemos soñado. 

El País de las mujeres bellas, no solo por las Misses, sino, porque dentro de cada mujer venezolana, hay una guerrera que arriesga todo por sus hijos.

Ese país donde el venezolano tenía sueños... fe, esperanzas, calidad de vida, calor de hogar, amor, seguridad, en fin... tantas cosas.

Solo quiero que Venezuela sea lo que siempre fue: EL MEJOR PAÍS DEL MUNDO. La pequeña Venecia. La Princesa de Suramérica. La Mina de Oro...


El proceso de reestructuración económica del país no tardara tanto como la que se deberá aplicar en los aspectos morales y sociales. Pero confío en que aún albergamos al Venezolano de buen corazón y amable dentro de la coraza protectora y amargada que nos creamos para protegernos de esta situación.